La tradición de los pintxos en Donosti

Los pintxos son pequeñas obras de arte que están a la vanguardia de la innovación gastronómica. Una explosión de sabores y texturas que en la ciudad de Donosti alcanzan la categoría de tradición. ¿Cómo? ¿Ya te está entrando hambre? ¡Espera un poco! Ya que en la entrada de hoy vamos a recorrer sus calles para descubrir los mejores pintxos que existen.

El origen de los pintxos

Hay muchas teorías sobre el origen de las tapas, aunque una de las más populares apunta que nacieron en el siglo XIII. Por aquella época reinaba Alfonso X el Sabio, monarca que impulsó la cultura mediante la Escuela de Traductores de Toledo y compuso las Cantigas de Santa María.

También parecía una enfermedad muy rara, así que los médicos le aconsejaron que bebiera pequeños sorbos de vino regularmente. Y para evitar sus efectos espirituosos los acompañaba de livianas raciones de comida. Este sería el antepasado de los pintxos actuales, que podemos disfrutar en todos los bares de San Sebastián y Euskadi.

Una labor reconocida internacionalmente

La guía de viajes Ultimate Eatlist, publicada por Lonely Planet, ha seleccionado los pintxos de Donosti como la mejor experiencia gastronómica del mundo, por delante de otros platos tan famosos como el sushi japonés, la sopa de fideos de Kuala Lumpur llamada Curry laksa o la ensalada de papaya verde Som tum de Bangkok.

Este reconocimiento parte de un grupo formado por algunos de los más prestigiosos cocineros, críticos y especialistas del sector, que han definido estas tapas como alta cocina en miniatura. Una mención especial tienen los pintxos que se sirven en el casco antiguo de San Sebastián, donde podemos encontrar algunos de los bares más representativos de la capital.

La variedad es increíble, desde champiñones estofados y espárragos blancos hasta tortilla de patatas tortilla, croquetas de boletus o pimientos rellenos. Pero sin duda uno de los pintxos fundamentales es la Gilda, que se elabora a partir de aceitunas, guindillas verdes y anchoas pinchadas en un palo sobre una rebanada de pan. Sin olvidarnos de la Txaka, otro clásico que lleva marisco, mayonesa y clara de huevo rallada.

¡Nos vamos de pintxos!

En Donosti existe un deporte popular que se conoce como txikiteo. Se basa en ir de bar en bar para probar los mejores pintxos acompañados de una bebida. Los pintxos suelen estar colocados en la barra y podemos coger los que queramos. Al finalizar, contamos los platos o palillos de madera y pasamos por caja. Lo habitual es tomar uno o dos y pasar al siguiente local, aunque en ocasiones podemos quedar fascinados por un bar y pasarnos allí todo el día.

Es el caso de Sansse, un restaurante situado en el centro de Donosti justo al lado de la playa de la Concha, su oferta gastronómica es inimitable y cuenta con algunos de los pintxos más espectaculares que puedas imaginar. Además, en su carta hay platos que colmarán las expectativas de los comensales más sibaritas, como por ejemplo estas carrilleras de ternera con cremoso de patata al romero que están de miedo.